“Correr
es un ejercicio que me llena, que me hace sentir vivo, doblemente vivo, lleno
de fuerza y de ganas de existir. La primera palabra que asocio al ejercicio de
correr es liberación”.
Correr
para pensar y sentir,
Francesc Torralba
Lugares de interés turístico durante el recorrido: plaza de la Paz y entorno monumental, Barrio de la Estación, paseo de Vista Alegre, parque Fuente el Moro, Palacio de la Plaza de la Cruz.
Seguro que suscribís las palabras del popular filósofo catalán con las que
encabezo esta nueva entrada. Qué vivos nos hace sentir la práctica de nuestro
deporte favorito. Unas veces toca sufrir y otras disfrutar, como en la vida misma.
Correr nos posibilita un reencuentro con el propio cuerpo, en el que de repente
descubrimos músculos con nombres impronunciables y de cuya existencia no
teníamos idea. Correr deviene una experiencia crudamente real de nuestra pura fisicidad, tan alejada de
esa virtualidad, pantalla mediante, en la que cada vez discurren más minutos y
más ritos de nuestros días.
Eso que pomposamente
podríamos llamar encuentro con uno mismo.
Liberación.
Catarsis.
Pues la ruta que os propongo
en esta ocasión es más de gozar que de padecer, ya que se trata de un trazado
sencillo, de apenas 6´17 km, con una
ganancia de altura de 58 metros; pero que nos va a permitir un recorrido ameno
en el que simplemente dejarnos ir. Correr por el puro placer de hacerlo. Ideal
para relajarnos tras una tirada larga o alguna competición no demasiado
exigente.
El remozado edificio de El Torreón, que alberga el Museo de Arte Contemporáneo de Haro, nos señalará el inicio del descenso por calle Navarra.
Desde el ayuntamiento
nos dirigiremos al puente sobre el río Tirón, descendiendo la calle Navarra, un
clásico ya en nuestras salidas. Tras cruzar el río, giraremos a la derecha por
avenida Costa del Vino, que seguiremos hasta bodegas CUNE. Luego torceremos a la
izquierda por calle Estación, dejando atrás el parking de las bodegas, y
ascenderemos hasta la estación de tren y Bodegas Bilbaínas. Cualquier excusa es
buena para acercarse a este emblemático rincón jarrero, el famoso Barrio de la
Estación, y deleitarnos con sus vistosas arquitecturas y su apacible entorno. ¡Si
las piedras hablaran! ¡Qué no habrán contemplado desde su discreto silencio! Volveremos
por Cantarranas y cruzaremos de nuevo el puente sobre el Tirón.
Vistas descendiendo calle Navarra.
Puente sobre el río Tirón.
Avenida Costa del Vino, sugerente nombre, sin duda. Paso de peatones por el que cruzaremos para evitar sustos.
Llegaremos al parking de las bodegas.
Cualquier excusa es buena para acercarse a este encantador rincón de Haro.
Giraremos para ascender la calle Estación.
La pendiente no es demasiado pronunciada.
Parking de la estación de ferrocarril frente a Bodegas Bilbaínas.
Seguiremos corriendo sin abandonar la calle Estación.
Evocadora edificación dentro de Bodegas Bilbaínas.
Bodegas CVNE con La Atalaya al fondo, sobre la que asoma el campanario de Santo Tomás, dedo pétreo apuntando al cielo..
Cogeremos a la izquierda calle Cantarranas.
Reparador descenso.
De nuevo cruzaremos sobre el Tirón, pero en sentido contrario.
Rodearemos las piscinas torciendo a la derecha por Ingenieros del MOPU y
nos encaminaremos hacia Vista Alegre. Deberemos subir un poco, así que nos lo
tomaremos con calma, que ya he dicho que tocará divertirse. Podremos aprovechar
el paseo de Vista Alegre para un suave cambio de ritmo; aunque, si lo
preferimos, bastará con disfrutar del tranquilo y reconfortante entorno.
Ligera pendiente en Ingenieros del MOPU.
Siempre buscaremos los pasos de peatones señalizados. Este frente a la entrada de las piscinas.
El repecho más pronunciado, con tranquilidad y sin forzar piernas.
El verde circundante nos anunciará que nos estaremos aproximando a Vista Alegre.
En Haro es casi imposible esquivar las cuestas. En cualquier rincón puede sorprendernos alguna, a recordar la técnica y ponerla en práctica para minimizar esfuerzos.
Aspecto invernal del paseo de Vista Alegre.
¿No os invita a correr?
Vistas del entorno.
Descenso final por el que abandonaremos el paseo.
Atravesaremos con
precaución la carretera a Anguciana y correremos por el parque Fuente El Moro.
Posibilidad de hidratación en su famosa fuente, que rodearemos para enfilar a
la izquierda y coger Av. Santo Domingo de la Calzada hasta cruzarnos con calle
de Almendora, justo frente a Bodegas Ramón Bilbao, que tomaremos en dirección
al centro de Haro. Es una calle estrecha en parte de su tramo y con algo de
tráfico, así que atentos y precaución. Y, por supuesto, a recrearse. Terreno
llano sin ninguna dificultad, piernas ligeras y ánimo jubiloso.
Pasaremos con mucho cuidado la carretera a Anguciana, para adentrarnos en el parque Fuente El Moro.
Otro magnífico paraje para nuestro trote gozón.
Posibilidad de avituallamiento líquido.
¿No dije que era imposible esquivar las cuestas?
A respirar hondo.
Avenida Santo Domingo de la Calzada.
Giraremos a la izquierda buscando Almendora.
Otra vista del mismo punto frente a Bodegas Ramón Bilbao.
Almendora.
Terreno llano sin la menor dificultad.
En el primer cruce tomaremos a la derecha, pasaremos la nacional 126 aprovechando un paso de
peatones y enfilaremos Nuestra Señora de Begoña, por la que avanzaremos,
dejando atrás dos rotondas, hasta Federico García Lorca. En realidad se tratará
de seguir recto, pues lo único que sucede es que la misma vía cambia de nombre.
Nos encontraremos en el barrio de El Mazo, y será aconsejable aprovechar sus
amplias aceras para correr por ellas, evitando los riesgos del tráfico.
Federico García Lorca nos resultará muy asequible, pues en este sentido
presenta una ligera bajada. Continuaremos esta calle hasta su final, para ello
habremos de cruzar varias rotondas. En todas hay un paso de peatones a escasos
metros del círculo de asfalto, así que los aprovecharemos convenientemente.
Calle Almendora. En el cruce viraremos a la derecha.
Los adosados nos servirán de referencia.
En línea recta, iremos a buscar la nacional a Santo Domingo.
La nacional 126.
Utilizaremos el paso habilitado evitando riesgos. No obstante, muy atentos, esta carretera tiene mucho tráfico.
Enfilaremos Nuestra Señora de Begoña.
Se sucederán las rotondas. Esta nos introducirá en Federico García Lorca, que no es sino la misma vía que se ensancha y cambia de nombre.
Aceras amplias que nos permitirán correr sin excesivas molestias.
En la última rotonda, tomaremos a la izquierda la calle Camilo José Cela. Ruta de
escritores esta, como podéis comprobar. Aquí subiremos muy ligeramente. Nueva
rotonda, junto al hotel Luz, en la que cogeremos la calle Santa Lucía en
dirección al centro. Esta es la calle que más problemas nos dará. Mucho tráfico
y muchos transeúntes, según día y hora. Seamos respetuosos, para que también lo
sean con nosotros. Lo bueno es que correremos cuesta abajo. Al llegar a la
Plaza de la Cruz, cruzaremos hasta calle Arrabal, que, también descendiendo,
nos permitirá terminar en la Plaza de la Paz tras un moderado acelerón.
En la última rotonda de García Lorca, torceremos a la izquierda.
Camilo José Cela, con ligera pendiente, que vendremos muy relajados.
Final de Camilo José Cela, con rotonda, faltaría. Viraremos a la izquierda para coger Santa Lucía.
Santa Lucía.
El final de Santa Lucía nos llevará hasta la Plaza de la Cruz.
La recargada fachada barroca del Palacio de la Plaza de la Cruz.
El Botero, ¿avituallamiento?
Entrada a calle Arrabal desde Plaza de la Cruz.
Un suave acelerón cuesta abajo. Se intuirá el final.
Vuelta al punto de partida.
No olvidéis los estiramientos, previenen lesiones.
Hasta la próxima.