«Si quieres
ganar, corre cien metros. Si quieres experimentar la vida, corre maratones.»
Emil Zatopek
Lugares de interés turístico durante el recorrido: plaza de la Paz y entorno monumental, Barrio de la Estación, puente de Briñas, vistas al Ebro.
Haro no puede entenderse sin su Barrio de la Estación, pilar económico e identitario por cuyas calles ya trascurren algunas de nuestras rutas, y sin los ríos Tirón y Ebro que lo circundan fecundando sus productivas tierras. Así que vamos a asomarnos al Ebro, cuyo caprichoso curso traza, al entrar en La Rioja, artísticos arabescos en forma de meandros que pueden llegar a confundirnos y alterar nuestro sentido de la orientación. Recomendable acercarse a puntos de cierta altitud desde los que sea posible su espectacular contemplación.
Si observáis con atención el
mapa de Google un poco más arriba, podréis
identificar los meandros, ese fino cordón verde en el superior y azul en el inferior, serpenteando en los
alrededores de Haro, y nuestra ruta como un lazo rojo lanzado en su imposible captura.
Esta vez recorreremos 8´68
Kilómetros, con una ganancia de altura de 101 metros. El itinerario, de
exigencia media, combinará tramos de asfalto con otros de tierra compactada.
Nos acercaremos, corriendo prácticamente en paralelo, a uno de los meandros del
Ebro, justo el que discurre entre las Conchas de Haro y el Barrio de la
Estación.
Tras calentar convenientemente, abandonaremos la plaza de la Paz descendiendo nuestra ya entrañable calle Navarra. Cruzaremos el río Tirón por el puente y nos introduciremos en el Barrio de la Estación a través de la avenida Costa del Vino.
Tras calentar convenientemente, abandonaremos la plaza de la Paz descendiendo nuestra ya entrañable calle Navarra. Cruzaremos el río Tirón por el puente y nos introduciremos en el Barrio de la Estación a través de la avenida Costa del Vino.
Bajaremos por calle Navarra.
Cruzaremos el puente sobre el río Tirón en dirección al Barrio de la Estación.
Rodearemos el parking de
las bodegas por la acera de CVNE, para pasar a través del puente bajo la vía
del tren hasta avenida Vizcaya. Ante nosotros se encontrarán las centenarias
bodegas del Barrio de la Estación, con sus vistosas arquitecturas, en las que
se combina, como en sus vinos, la tradición y la modernidad. El pasado y el
presente. Un suave repecho nos llevará al puente sobre la nacional 124
Logroño-Vitoria, tras dejar atrás Bodegas RODA y Rioja Alta. Tomaremos un
camino que sale a la izquierda, que ya conoceréis si habéis realizado en alguna
ocasión la ruta 2 Haro-Briñas, sendero que nos conducirá hasta el puente gótico
sobre el río Ebro. Puente cuyos restos más antiguos parecen ser del siglo XIII,
siendo restaurado en el siglo XV, y en muchas otras ocasiones posteriormente. Tuvo
su importancia durante siglos, pues fue
uno de los pocos puentes sobre el Ebro y formaba parte del camino de Santiago
vasco del interior. Las vistas a derecha e izquierda nos recompensarán, el ancho
río discurrirá bajo nuestras zancadas trazando su meandro en forma de
herradura.
Costa del Vino. Precaución con el tráfico, cruzaremos utilizando los pasos de peatones.
Parking de las bodegas.
Bajo las vías, rumbo a avenida Vizcaya.
Barrio de la Estación. In vino veritas.
Puente sobre la nacional Logroño-Vitoria.
Desvío que nos conducirá hasta el puente de Briñas.
Distintas perspectivas del puente gótico de Briñas.
El paisaje desde el puente compensará el esfuerzo.
Al llegar al final del puente, giraremos a la izquierda, justo en sentido opuesto a Briñas, y pasaremos bajo un pequeño viaducto sobre el que discurre la carretera nacional 124 Logroño-Vitoria. Seguiremos, sin desviarnos, el camino de tierra que se introduce en los viñedos, paralelo al sinuoso trazado del río que nos irá envolviendo con su acuático abrazo. A nuestra derecha se extenderán las viñas aupadas a una suave loma. A nuestra izquierda quedará el Barrio de la Estación y más viñedo, hasta la orilla misma del río. El camino es de tierra bien compactada y el trazado será llano durante un buen tramo, lo que nos permitirá disfrutar del ejercicio e incluso deleitarnos con el espléndido panorama. La roca rugosa, áspera, agreste y desnuda de las Conchas de Haro, nos saludará al fondo, incitando a que nuestra carrera alcance su pétreo altar. Los Obarenes y la sierra Cantabria circundarán un paisaje en el que la viña es la reina absoluta, un entorno que varía y renueva sus colores y aspecto según la estación del año. No habrá pérdida, pues seguiremos el trayecto del único camino posible
Al llegar al final del puente, tomaremos a la izquierda.
Pasaremos bajo el viaducto.
Dejando atrás el viaducto, seguiremos recto.
La viña escalando una suave loma.
Tierra compactada.
Al fondo, y al otro lado del río, el Barrio de la Estación.
Vistas a los Obarenes.
¿El carro de la famosa y ya vieja canción?
Espléndidas y reconfortantes vistas en todo el recorrido.
El viñedo en pleno invierno, reposando, aguardando el momento de volver a entregarnos su jugoso fruto.
Tras unos minutos de
tranquilo ranear, nos toparemos con
una pronunciada subida que nos llevará hasta la entrada de bodegas Tobelos. La
subida es acentuada, pero el estímulo nos lo irá proporcionando el lienzo
desplegado ante nuestros ojos, con el meandro del Ebro en primer plano. Incluso
recomendaría que te detuvieras a tomar aire disfrutando del entorno. Eso sí,
solo un momento, no vayamos a enfriarnos y perdamos pie. Al concluir nuestra
ascensión nos encontraremos con Bodegas Tobelos a nuestra izquierda. El hotel
Portal de la Rioja quedará justo frente a nosotros, con la nacional
Logroño-Vitoria bordeándolo a escasos metros, y la imponente sierra Cantabria
alzándose justo tras él. Llegaremos a un cruce asfaltado. Tomaremos a la
derecha, volviendo en dirección a Haro sobre el castigado y quebrado firme de
la antigua carretera ahora en desuso. Una ligera pendiente en descenso aliviará
nuestros cuádriceps. Las vistas seguirán siendo una constante gratificación en
esta ruta. Si el día es soleado y claro, podremos contemplar con nitidez el
pico de San Lorenzo, el más alto de La Rioja, y buena parte de la sierra de la Demanda. Descenderemos
hasta que el asfalto se convierta en tierra.
Tras unos minutos de terreno llano, nos enfrentaremos a una pronunciada cuesta que nos llevará hasta Bodegas Tobelos.
Tiene que haber alguna dificultad, ¿no?
La belleza del entorno nos ayudará en el esfuerzo.
El Ebro nos vigilará, atento a nuestros pasos.
Bodegas Tobelos.
Frente a Bodegas Tobelos, cogeremos a la derecha, por la carretera vieja.
Trazado de la carretera en desuso, dirección a Haro.
El Toloño quedará a nuestra izquierda.
Bajada gratificante.
¿Los faros de un camión que acude a nuestro encuentro? Nah, un par de charcos cuyo brillo podría confundirnos.
Y, de repente,¡sorpresa!
El camino finalizará inesperadamente, quedando la carretera
nacional a nuestra izquierda con el indicador del desvío a Haro, y la
posibilidad de coger la autopista hasta Bilbao, ante los atónitos ojos del
despistado corredor. Tranquilos, todo está previsto y pateado previamente por
el que esto humildemente suscribe. Tendremos dos alternativas. Primera: volver
sobre nuestros pasos, deshaciendo el camino hasta el viaducto bajo la
carretera, lo que aumentaría el kilometraje de nuestra salida y nos permitiría
una nueva visión del espléndido paisaje, ahora en sentido contrario. O, segunda:
correr por la linde del viñedo que nos cierra el paso. Serán unos ochenta o
cien metros a lo sumo. Habremos de tener cierta precaución con el irregular
terreno, pero en un santiamén estaremos de nuevo en el cruce, bajo la carretera,
que nos permitirá volver al puente de Briñas y desde ahí a Haro. Cualquiera de
las dos opciones es buena, así que a placer y sensaciones. En este
comentario, Bandini optará por la segunda posibilidad, para no tener que volver
a glosar recorrido ya descrito.
Tras trailear sobre el pedregoso viñedo, daremos con un camino asfaltado
que nos conducirá al viaducto bajo la carretera nacional. Una vez traspasado,
llegaremos al puente de Briñas, y aquí volverán a abrirse dos posibilidades. Si
tenemos ganas y toca tirada larga, podemos seguir hasta el coqueto pueblo de
Briñas (siguiendo el trazado ya comentado en la ruta 2), bordeando el Ebro. Si
ese día las piernas requieren itinerario menos ambicioso, cruzaremos el puente en
dirección a Haro.
¿Camino a ninguna parte?
Podremos seguir adelante añadiendo un pequeño tramo de puro trail, atravesando la linde de este viñedo.
Nada más traspasar el abrupto viñedo, daremos con este camino que nos devolverá al viaducto bajo la carretera nacional.
Viaducto camino del puente de Briñas.
. Entraremos por avenida
Vizcaya, con el vistoso torreón de Viña Tondonia dándonos la bienvenida.
Avanzaremos hasta la rotonda frente a Bodegas Muga, rodeándola y cruzando por
los pasos de peatones habilitados. Contemplaremos así la centenaria locomotora,
varada como un viejo navío extraviado, con muchos kilómetros en sus macizos
aceros. Se trata de un homenaje de las bodegas al ferrocarril, impulsor
fundamental en el desarrollo vinícola de la zona. La veterana máquina de vapor
fue construida en Bélgica en 1889 y cedida temporalmente por el Museo del
Ferrocarril a Bodegas Muga para su exposición. Correremos bajo la atenta
vigilancia de la alta torre en una de las esquinas de Bodegas Muga, que da
nombre a uno de sus más afamados vinos: Torre Muga. Rodearemos el monumento a
la vendimia, que preside el centro mismo de la rotonda, antes de encaminar
nuestros pasos hacia el puente sobre el Tirón de vuelta al núcleo urbano.
Avenida Vizcaya nos llevará hasta la rotonda frente a Bodegas Muga.
Homenaje de las bodegas al ferrocarril.
Torre Muga.
Monumento a la vendimia.
La Atalaya de Haro desde cuyo mirador hay unas excelentes vistas de la comarca, especialmente del Barrio de la Estación.
Trotaremos de vuelta al punto de partida.
Costa del Vino.
Puente sobre el Tirón.
Nada mejor que la empinada calle Navarra para dar lo poco o mucho que nos quede dentro.
Que no se os olvide estirar.
Un placer acompañaros en esta nueva ruta y... hasta la próxima.