«Puedes
alejarte de todos tus problemas; a medida que corres, todo se soluciona».
Fred Rohé
Lugares de interés turístico durante el recorrido: plaza de la Paz y entorno monumental, Palacio de la Cruz, Barrio de la Estación y demás bodegas del trayecto, paseo de Vista Alegre, Fuente del Moro, plaza de toros, hotel Los Agustinos, Banco de España, palacio de las Bezaras.
Pues, así, como el que no quiere la cosa, este blog cumple
sus dos años y qué mejor forma de celebrarlo que proponiéndoos una nueva ruta
que amplíe nuestras posibilidades de disfrute en la práctica del running. La variedad de recorridos es
fundamental para mantenernos activos y motivados, esquivando la rutina y el
posible aburrimiento. Además, al transitar corriendo lugares por los que
habitualmente no pasamos, o lo hacemos en coche o con prisas, los redescubrimos,
percatándonos de detalles de todo tipo que nos pasaban desapercibidos o en los
que nuestros sentidos no se detenían lo suficiente. «El uso nos arrebata el
verdadero rostro de las cosas», escribió el sabio francés Montaigne, hace unos
cuantos siglos, pero la verdad de su afirmación se mantiene intacta. En lo que
menos nos fijamos es justamente en aquello que conforma nuestro entorno diario.
Pero, al correr, nuestros sentidos se agudizan y despiertan, facilitándonos ese
redescubrimiento de lo que siempre está ahí y apenas reparamos en ello.
Nueva ruta que nos
va a llevar a incluir en su trazado la mayor parte del más preciado
tesoro jarrero, junto a su gente, faltaría: las bodegas. Diecisiete, en
concreto, formarán parte de este itinerario. No están todas, desde luego, para
no incrementar en exceso el kilometraje. He intentado incorporar el mayor número
posible ateniéndome a posibilidades meramente logísticas, para que el trazado
fuera factible y entretenido. Serán ocho
kilómetros íntegramente por asfalto con una ganancia de altura de cincuenta y
dos metros. Asequible para todos los niveles y pensada especialmente para
aquellos, de vacaciones en Haro, que quieran combinar su entreno con una visita turística
a buena parte de nuestro patrimonio vitivinícola. De hecho, si os fijáis en el recorrido de arriba, sinuoso y errático, parece el beodo deambular de alguien que ha parado en las bodegas más de la cuenta.
Ayuntamiento de Haro, punto de partida de todas nuestras rutas.
Tras el preceptivo calentamiento, saldremos desde la plaza de
la Paz, atravesando el arco junto al ayuntamiento. Tomaremos por Ingenieros
Sánchez del Río y enfilaremos el primer tramo de Linares Rivas, para girar a la
derecha en el primer cruce en el que nos encontraremos con calle Las Cuevas,
punto en el que aparecerán las primeras bodegas del recorrido: Bodegas Berceo,
Bodegas Alberto Gutiérrez Andrés y Bodegas Florentino Lecanda, por este orden.
Bodegas Berceo
fue fundada en el año 1872, por la familia Gurpegui. Es la única que queda a
pleno rendimiento en la calle, con calados procedentes de las antiguas galerías
medievales del castillo de Haro, utilizadas para huir de dicha fortificación.
Bodegas Alberto
Gutiérrez Andrés. En 1877 Alberto Andrés Alonso fundó el popular restaurante
Terete de Haro y, junto a este, su propia bodega para elaborar vino.
Bodegas Florentino
Lecanda. A principios de los cuarenta del siglo pasado, Florentino Lecanda
inició sus actividades vitivinícolas en La Rioja, dedicándose completamente al
mundo del vino a partir de 1985.
Históricamente, las cuevas
surgen como una solución ante la necesidad de conservación del vino. Una forma
de preservación recurrente y simple, en épocas donde las técnicas de mantenimiento del vino eran inexistentes. Las muchas
cuevas de Haro suponen un claro ejemplo de la típica bodega tradicional de La
Rioja, cavadas hace siglos, con el propósito de hacer y conservar el vino.
Respondiendo a las necesidades de entonces, en la parte más anterior de la
cueva, se construía el lago y ventanas donde poder verter la uva, para la
posterior extracción del raspón y hollejo. Un proceso casi en extinción que
cobra relevancia por su antigüedad. El hecho de que Haro cuente con una histórica calle llamada de las cuevas, constituye, sin
duda una visita obligada.
Pasaremos bajo el arco a la derecha del ayuntamiento.
Sánchez del Río.
Linares Rivas.
Primer cruce a la derecha.
Las Cuevas.
Bodegas Berceo.
Bodegas Alberto Gutiérrez Andrés.
Bodegas Florentino Lecanda.
Tras recorrer la calle Las Cuevas,
desembocaremos en la Plaza de la Cruz, justo frente al imponente aunque algo
ajado palacio barroco del s. XVIII. A este palacio también se le conoce como
Palacio del Círculo Jaimista, en recuerdo al partido político que tenía allí su
sede. En el centro de la plaza nos encontraremos con la popular estatua del
botero, que forma parte de una colección al aire libre dedicada a distintos
oficios tradicionales. Desde la plaza tomaremos a la derecha por calle Arrabal,
que en cómoda cuesta abajo nos devolverá a la plaza de la Paz, quedando el
ayuntamiento a nuestra derecha. Una vez allí, giraremos a la izquierda por calle Navarra, para
seguir descendiendo hasta alcanzar el puente sobre el río Tirón.
Plaza de la Cruz, con el palacio barroco al fondo.
Calle Arrabal, en placentera bajada.
Plaza de la Paz.
Museo del Torreón, en una de las esquinas de plaza de la Paz.
Calle Navarra, continuaremos bajando.
Final de calle Navarra, con el parking a la derecha y el puente sobre el Tirón al fondo.
Puente.
Río Tirón.
Una vez cruzado el río, nos toparemos con la primera de las
bodegas, Rioja Santiago, fundada en 1870 , es la segunda bodega más antigua de
La Rioja. A pocos metros, nos encontraremos con
Bodegas CUNE, frente a cuya entrada principal veremos un gran parking
para las visitas. Conocida también como Compañía Vinícola del Norte de España,
fue fundada en 1879 por dos hermanos y fue una de las primeras en llevar a cabo
el proceso de embotellar el vino. Seguiremos en la acera derecha por avenida
Costa del Vino, vía que no abandonaremos y que nos conducirá hasta la rotonda,
en cuyo centro se levanta un monumento a la vendimia, frente a Bodegas Muga, en
la que destaca su alta y vistosa torre.
Estaremos en el
Barrio de la Estación, probablemente el rincón señero, el más conocido e
internacional de Haro. El sancta sanctórum de las bodegas riojanas, de
ineludible visita y disfrute para todo amante del vino de cualquier rincón del
planeta. En este lugar nos encontraremos con la mayor concentración de bodegas
centenarias del mundo, ahí es nada, construidas en torno a la vieja estación de
ferrocarril, lo que permitió el despegue económico de la ciudad a finales del
siglo XIX y principios del XX.
Rodearemos la
rotonda y aprovecharemos los pasos de peatones para cambiarnos de acera,
enfilar hacia avenida Vizcaya e iniciar nuestro tránsito frente a las distintas
bodegas.
La primera será la
ya citada Bodegas Muga, fundadas en 1932 por Isaac Muga en un hermoso caserón
riojano en el centro del barrio. Le seguirá Gómez Cruzado, fundada en 1886 por
el noble mejicano Ángel Gómez de Arteche, luego, en 1916, la bodega fue comprada
por los hermanos de origen riojano Agustín y Jesús Gómez Cruzado. Tras varios
cambios en su propiedad, la bodega pasa a manos de sus actuales dueños, la
familia Baños, riojanos de Badarán aunque residentes en México. Nuestro trote,
en ligera cuesta ahora, nos llevará hasta bodegas La Rioja Alta, otra de las más conocidas.
Fundada en 1890 como «Sociedad Vinícola de La Rioja Alta» por cinco familias
riojanas y vascas. Tras una curva en la que concluye la cuesta, con mucha
atención al tráfico, cruzaremos al otro lado, para cambiar el sentido de
nuestra carrera desde Bodegas RODA, situada en un balcón natural sobre el río
Ebro. Es la más joven del barrio. Fundada en 1987, aunque la bodega como tal se
inició en el año 1991. Bajaremos y le tocará el turno a Bodegas López de
Heredia Viña Tondonia, clásico entre los clásicos. En 1877 Rafael López de
Heredia y Landeta, chileno de padres españoles, llegó a Haro para iniciarse en
el mundo del vino de Rioja, comprando terrenos en los que plantó vides por
primera vez, creando en 1914 el viñedo «Viña Tondonia», el más conocido y que
da nombre a la bodega. Dejaros seducir por la belleza de la arquitectura, que
en esta bodega mezcla los aires modernistas del pasado con la vanguardia patente en la metálica frasca que la célebre arquitecta iraquí, recientemente
fallecida, Zaha Hadid diseñó para celebrar los ciento veinticinco años de la
bodega. La tentación estará ahí, en forma de terraza en la que disfrutar un espléndido
vino, pero seremos fuertes y lo pospondremos para otro momento. Todas las
bodegas disponen de modernos «wine bars» y tienda.
Rioja Santiago.
Sierra Cantabria, al fondo, impidiendo el paso a los vientos húmedos del Cantábrico.
CUNE.
Parking para visita a bodegas.
Rotonda Barrio de la Estación. Monumento a la vendimia en el centro, Torre Muga a la derecha.
Utilizaremos los pasos de peatones.
Bodegas Muga.
Gómez Cruzado.
La Rioja Alta.
Paso por el que cruzaremos a Bodegas Roda, para cambiar el sentido de nuestra carrera.
Viña Tondonia.
Clasicismo y modernidad.
Espectacular.
Seguiremos
corriendo. Es lo nuestro, ¿verdad?
Pasaremos el arco bajo las vías del tren, dejaremos el parking
frente a CUNE a nuestra izquierda, y
ascenderemos por calle Estación hasta la estación de tren y Bodegas Bilbaínas.
Una nueva subida que nos tomaremos con calma, que aún nos quedarán kilómetros.
La importancia
estratégica de la estación de tren fue capital para el desarrollo del Barrio de
la Estación. A finales del siglo XIX, la filoxera causó estragos en el viñedo
bordelés y los franceses acudieron a la Rioja a proveerse de vino, que era
transportado en ferrocarril hasta Bilbao, desde donde viajaba rumbo a Burdeos.
Bodegas
Bilbaínas, En el año 1859 para huir de la filoxera en los
viñedos franceses, la casa Savignon Frères et Cie se estableció en Haro para
controlar el proceso de producción de forma directa y poder construir una
bodega en la que elaborar sus vinos, aunque estos fueran destinados a Francia. Cuando habían pasado
cuarenta años desde su llegada a Haro y la filoxera ya estaba prácticamente
olvidada, Savignon Frères vendió sus instalaciones de Haro a un grupo de
empresarios bilbaínos que constituyeron la sociedad Bodegas Bilbaínas, S.A. en
1901, potenciando los vinos espumosos que se venían elaborando desde finales
del siglo XIX y consiguiendo consolidarse como marca de referencia para el
tinto riojano, llegando a ser escogido su crianza “Ederra” para el consumo
diario del rey Alfonso XIII, siendo distinguida en 1925 Bodegas Bilbaínas, S.A.
con el título de Proveedor de la Real Casa y Patrimonio.
Continuaremos adelante por calle Estación. El
paisaje urbano de Haro recortándose contra el cielo a nuestra izquierda y las
enormes secuoyas de Bodegas Bilbaínas a nuestra derecha. En el primer cruce,
descenderemos a nuestra izquierda por Cantarranas y, antes de llegar al puente
sobre el Tirón que ya cruzamos antes, aún pasaremos junto a dos bodegas
pequeñas. Primero Bodegas Ibaiondo, que produjo sus primeras botellas entre
1979 y 1981. Después Bodegas César Óscar Muga Foncea.
Arco bajo vías férreas.
Calle Estación.
Estación ferrocarril.
Bodegas Bilbaínas.
Continuación calle Estación.
Viñedo de CUNE.
Secuoyas en Bodegas Bilbaínas.
A la izquierda por Cantarranas.
Bodegas Ibaiondo.
Y ya estaremos corriendo a través del puente de nuevo, pero en sentido
contrario. Nada más cruzarlo, giro a la derecha por Ingenieros del MOPU. Ante nuestros ojos se desplegará una larga y dura cuesta, así que tocará apretar un poco los dientes.
Pasaremos junto a las instalaciones deportivas de El Ferial (piscinas de
verano, polideportivo, frontón,etc.). Justo antes de alcanzar la pasarela
peatonal sobre la carretera, torceremos, ya algo exhaustos, a la derecha para
introducirnos por el paseo de Vista Alegre, uno de los pulmones verdes
jarreros. El entorno del paseo nos vendrá bien tras la dura ascensión. A
nuestra derecha, vistas privilegiadas de las choperas que ciñen el curso del
río Tirón, de los viñedos que se extienden desde Haro hasta Villalba de Rioja, y
de San Felices y los Obarenes. Atravesaremos la carretera Haro-Anguciana y nos
dirigiremos a un rincón muy especial en Haro, la Fuente del Moro, lugar de
peregrinación en la famosa Jira que se celebra durante las fiestas patronales
de Septiembre. Otro espacio ideal para el ocio en familia, entre árboles, barbacoas
y césped. Además, podremos beber agua en la fuente que da nombre al idílico
rincón.
Rumbo al puente sobre el Tirón de nuevo.
Piscinas de verano.
Ingenieros del M.O.P.U.
Instalaciones deportivas «El Ferial».
¡A subir!
Antes de la pasarela peatonal, giraremos a la derecha.
Llegando al paseo de Vista Alegre.
Estupendas vistas.
Otoño en Vista Alegre.
Camino de la carretera Haro-Anguciana.
Carretera Haro-Anguciana, que cruzaremos con precaución.
Así da gusto correr...
Fuente del Moro.
Zona de recreo.
Rodearemos la fuente
para seguir a la izquierda, en ligera pendiente, por avenida Santo Domingo de
la Calzada hasta Bodegas Ramón Bilbao. Bodega fundada en 1924, aunque
aproximadamente en 1896 Ramón Bilbao ya comercializaba vinos en su bodega en la
calle de Las Cuevas. En el cruce entre avenida Santo Domingo y Almendora,
viraremos a la derecha, rodeando Bodegas Ramón Bilbao, lo que posibilitará
nuestro paso frente a la puerta de otras dos bodegas, volviendo hacia el centro urbano por el lateral peatonal de la N-126. La primera será Bodegas Virgen de la Vega,
fundada en 1965 y compuesta por trescientos agricultores, es la popular «bodega
cooperativa» jarrera, distribuyó todos sus vinos a granel hasta el año 2001,
fecha en la que iniciaron el embotellado de estos. Inmediatamente pasaremos
junto a Bodegas Carlos Serres. En 1896 se estableció en Haro un francés llamado
Charles Serres con el fin de elaborar vinos aprovechando su experiencia en
Francia más su nueva aventura en La Rioja, lo que propició la originalidad de
su apuesta vinícola. Seguiremos por la zona comercial hasta la rotonda, cuyo
paso de peatones aprovecharemos para cruzar la carretera y correr junto a
Bodegas Marqués de Carrión, aunque por todos conocida como Bodegas Paternina,
pues es el lugar en el que siempre se elaboró esta clásico riojano.
Rodearemos la fuente y tomaremos un sendero en ligera pendiente a nuestra izquierda.
Avenida Santo Domingo de la Calzada.
Bodegas Ramón Bilbao.
En el cruce, torceremos a la derecha por Almendora.
Pasaremos junto a la escuela ecuestre Finca Linares.
Nuevo giro, obligado esta vez pues no habrá alternativa.
Bodega Virgen de la Vega.
Giro a la izquierda para volver al centro de Haro por el lateral de la N-126.
Bodegas Carlos Serres.
Rotonda junto a zona comercial.
Antiguas Bodegas Paternina, ahora García Carrión.
Nuestras piernas empezarán a notar el peso
de los kilómetros, y nuestro gaznate salivará después de pasar de largo por
tantas bodegas repletas de lo mejor que da la tierra en este pequeño rincón del
mundo mundial. Seguiremos por el lateral derecho de la N-126, hasta cruzar frente a la centenaria plaza de toros de Haro, construida en piedra de sillería
e inaugurada en 1886. Llegaremos, siempre dirección centro de Haro, hasta la
plaza Castañares de Rioja, con el edificio Cid Paternina, en el que se ubican
los juzgados y la estación de autobuses, a nuestra izquierda. Antes de llegar a una nueva rotonda, aprovecharemos el paso de peatones para traspasar a calle Castañares de Rioja, rodeando una parte del edificio de los juzgados. Después, por otro paso de
cebra, tomaremos avenida de la Rioja, que recorreremos prácticamente entera
hasta el cruce de Hotel Los Agustinos y el edificio del Banco de España, donde
giraremos a la izquierda por calle San Agustín. El hotel se halla en un
edificio de 1373, antiguo convento que también ha sido guarnición militar,
hospital, cárcel y escuela. Destaca su claustro, recubierto recientemente con
bóveda de cristal. Haro fue una de las siete ciudades que sin ser capital de provincia tuvo sede del Banco de España. Abrió sus puertas en 1892, por el auge
económico que supuso el aumento en la producción y exportación de vino.
Plaza de toros.
Plaza Castañares de Rioja, con el edificio Cid Paternina a la izquierda, actuales juzgados.
Pasos de peatones a nuestra prudente disposición.
Avenida de La Rioja.
Viraremos a la izquierda, entre los edificios del hotel Los Agustinos y el de la antigua sucursal Banco de España.
Fachada hotel Los Agustinos.
Junto a calle San
Agustín alcanzaremos la plaza Florentino Rodriguez, desde la que veremos la
entrada y la fachada del teatro Bretón de los Herreros, que ocupa la que fue iglesia del
convento que hoy alberga el hotel Los Agustinos.
Estación de tren, bodegas, plaza de toros,
teatro, sucursal del Banco de España…Todos ellos vestigios que nos hablan del esplendor pasado de la
ciudad jarrera, una edad de oro alimentada por lo más preciado de esta tierra:
su vino.
Solo nos quedará girar a la derecha y
tomar la calle Virgen de la Vega para retornar a nuestro punto de partida. Sedientos,
sí, pero quizá no de agua o isotónica, sino de vino tras pasar junto a tantas y
tan excelentes bodegas. Bueno, eso tendrá fácil remedio tras los estiramientos
y la ducha. No creo necesario daros más pistas.
Teatro Bretón.
Antigua sucursal Banco de España.
Calle de Virgen de la Vega.
Palacio de las Bezaras, barroco.
Panorámica de los típicos miradores en calle Virgen de la Vega.
Fin de ruta.
¡A disfrutar!