“Siembra
un acto y cosecharás un hábito.
Siembra
un hábito y cosecharás un carácter.
Siembra
un carácter y cosecharás un destino.”
Charles Reade
Lugares de interés turístico durante el recorrido: plaza de la Paz y entorno monumental, Barrio de la Estación.
¿Necesitas realizar tu puntual entrenamiento de series de
cara a un próximo objetivo pero te aburre hacerlo siempre sobre el monótono
tartán de la pista? ¿Estás de visita en la Rioja Alta y quieres un entreno de
velocidad en un entorno único que te lo pondrá más fácil?
Pues estás de
suerte.
En Haro, además de
disponer de una excelente pista de atletismo a disposición de todos los
aficionados locales y visitantes, puedes realizar un completo entreno de
series, esos que dicen son indispensables
para nuestro progreso como runners, en el corazón mismo de nuestro emblemático
Barrio de la Estación. No es, desde luego, el único lugar posible fuera de la
pista, pero es mi preferido, pues a un entorno privilegiado suma un trazado
compuesto por dos rectas, más una subida y una bajada. Más completo, imposible.
Además, está muy cerca del centro urbano, por lo que no perderemos mucho tiempo
en un desplazamiento que podrá servirnos de calentamiento previo.
Plaza de la Paz, con el ayuntamiento al fondo. Inicio y fin de todas las rutas sugeridas en este blog.
Tras comprobar que nuestros cordones están perfectamente
atados y nuestro GPS funcionando, partiremos (¡cómo no!) desde la emblemática
plaza de la Paz, frente a la fachada neoclásica del ayuntamiento jarrero.
Descenderemos con trote suave por la calle Navarra, la que parte a nuestra
derecha en dirección al Barrio de la Estación. Tranquilos, que la velocidad
tocará en unos minutos. Disfrutemos de las vistas. Si el día está despejado,
podremos distinguir en el horizonte el escarpado perfil de los Obarenes, en
especial los picos de Cellórigo, como una clara invitación a la excursión
montañera que llevamos tiempo posponiendo sin saber muy bien por qué. Al
terminar el descenso, tomaremos a la derecha para cruzar el puente sobre el río
Tirón, ya en su tramo final antes de verter sus aguas al caudaloso Ebro.
Llegados al cruce frente a Bodegas Maset y Rioja Santiago, giraremos a la
derecha.
Descenso grato por calle Navarra.
Los Obarenes recortándose al fondo.
Al final de calle Navarra, giraremos a la derecha para dirigirnos al Barrio de la Estación atravesando el puente sobre el río Tirón.
Y ya estaremos sobre el objetivo.
Correremos por
Avenida Costa del Vino, bordeando Bodegas CVNE y Bodegas Ibaiondo,
adentrándonos en el Barrio de la Estación, la milla de oro del vino riojano.
Cogeremos, a través de alguno de los pasos para peatones, la acera de la
izquierda. Y ya estaremos en el circuito señalado para nuestras series, que
será el conformado por avenida Costa del Vino, calle Bilbao y calle
Cantarranas. Un perímetro de 1200 metros sobre asfalto que nos permitirá
entrenar velocidad, haciendo miles y recuperando al trote, o caminando,
doscientos metros, aproximadamente. Y todo ello alegrando nuestra vista con el paisaje
circundante. Habrá un problema, desde luego. Nos enfrentaremos a una tentación
que resistir, pues pasaremos por la puerta de algún wine bar y el canto de las
sirenas podría hacerse irresistible. Deberemos atarnos bien las zapatillas y
seguir a lo nuestro. Lo otro…Lo podríamos posponer para después de la ducha,
que no todo van a ser endorfinas fruto del esfuerzo, ¿verdad?
Objetivo a la vista, avenida Costa del Vino.
Bodegas CVNE nos darán la bienvenida al Barrio de la Estación.
La atalaya de Haro quedará a nuestra derecha.
Costa del Vino, pasaremos frente al amplio
aparcamiento del barrio de la Estación, y viraremos a la izquierda para tomar
calle Estación, la que lleva precisamente hasta la estación del ferrocarril en Haro. Y ahí nos encontreremos con la dichosa cuesta de la que os he hablado. No demasiado
empinada, pero larga, lo que permitirá que, además de la velocidad, trabajemos
un poco la fuerza. Apretaremos dientes y dirigiremos la vista sobre los viejos
adoquines, dispuestos a conseguirlo. Terminará la pendiente en la puerta de la
estación, frente a las históricas Bodegas Bilbaínas, y volveremos a girar a la
izquierda, enfilando una recta que nos permitirá recobrar fuerzas y retomar
velocidad.
Avenida Costa del Vino, bordeando Bodegas CVNE.
Parking Barrio de la Estación.
Al final de Costa del Vino, torceremos a la izquierda.
Gran nombre, pardiez.
Interior de Bodegas CVNE.
Calle Estación, ¡la cuesta de marras!
Al fondo a la derecha, la estación de ferrocarril de Haro. Justo enfrente, las clásicas Bodegas Bilbaínas.
Tentaciones...Y más tentaciones.
Recta para recuperar tras la dura cuesta.
A nuestra derecha, las majestuosas secuoyas de Bodegas
Bilbaínas. A nuestra izquierda, un amplio viñedo que limita con las nuevas
naves de Bodegas CVNE y el skyline jarrero perfilado contra el paisaje. Fin de
recta y giro a la izquierda para tomar calle Cantarranas. Y se nos alegrará la
cara al comprobar que esta es cuesta abajo. A toda máquina para recuperar lo
perdido subiendo y así cumplir con el tiempo de serie previsto. La bajada
terminará desembocando en Costa del Vino y, según en qué punto de esta hayamos
puesto el crono en marcha, ya habremos cubierto el primer mil. Así que a correr
suavemente, retomando el control de la respiración para bajar pulsaciones. O
bien podemos para y andar. O parar, sin más. A elección de cada cual, en
función de objetivo de entreno. Eso sí, a por otra en cuanto estemos
recuperados…Y vuelta a empezar.
Bodegas Bilbaínas quedarán a nuestra derecha.
Viñedos de CVNE, a nuestra izquierda.
Bonito circuito, ¿verdad?
Las imponentes secuoyas de Bodegas Bilbaínas.
Calle Cantarranas...¡Todo cuesta abajo!
Metros finales para culminar nuestra primera serie.
Bodegas Rioja Santiago, girando a la izquierda volveremos a Costa del Vino. Tocará recuperar durante doscientos metros antes de volver a dar otra vuelta completa.
Tras completar los
miles que estimemos oportunos, volveremos a cruzar el puente sobre el Tirón, en
dirección al centro de Haro. Trotando muy lentamente, pues aún nos quedará una
sorpresa final: ascender la calle Navarra, una cuesta con todas las de la ley,
hasta la plaza de la Paz, inicio y fin de todas nuestras rutas. Ascenderemos
con mucha calma, sin prisa ninguna, sabiendo que el trabajo del entreno, las
famosas series, está hecho. Así que nada de agobios. Al llegar a la plaza, los
estiramientos de rigor y la preceptiva ducha.
Tras completar las series que creamos oportunas, volveremos a cruzar el punte sobre el río Tirón, de vuelta al centro de Haro.
Río Tirón, bañado en plata, que diría el poeta.
La cuesta de calle Navarra, último escollo antes de nuestro regreso trinfal a plaza de la Paz.
Luego, si nos vemos con ánimo, podremos retornar al Barrio de la Estación, pero, esta vez sí, para visitar sus fantásticos wine bars.