«No es más
fuerte quien llega primero, sino aquel
que disfruta haciendo lo que hace»
Kilian
Jornet
Preparados para disfrutar de uno de esos
días en los que correr deviene festín para los sentidos y bálsamo espiritual. De los que te acaban de
enganchar a las sufridas zapatillas, si es que no lo estabas ya
suficientemente. Un trayecto que nos llevará hasta el coqueto pueblo de Briñas,
a orillas del Ebro, entre viñedos y arboledas. También recorreremos buena parte
del imponente Barrio de la Estación, con sus centenarias y espectaculares
bodegas. Pisaremos asfalto y tierra, la distancia es de 7´92 metros, que
podríamos calificar de exigencia media.
Partiremos del
ayuntamiento y nos dejaremos llevar descendiendo la calle Navarra, hay que
aprovechar esa cuesta ahora en bajada. Avanzaremos cruzando el puente sobre el
río Tirón y nos acercaremos hasta el Barrio de la Estación, tenemos varios
pasos de peatones que nos permitirán atravesar la carretera sin jugarnos el
tipo. Bordearemos CVNE por la avenida Costa del Vino (qué buen nombre, pardiez)
y llegaremos a la avenida Vizcaya pasando bajo el puente de las vías. Muga,
Viña Tondonia, Gómez Cruzado, Rioja Alta y Roda, más de cien años de pasión por
la tierra y el vino nos contemplarán desde la piedra noble de sus fachadas.
Nuestras zancadas pisarán suelo horadado por umbríos calaos en los que reposa (en tinos, barricas y botellas) la
sabiduría vinícola de varias generaciones. El suministro parece garantizado. Y
es que no solo de correr vive el hombre. Ni la mujer, faltaría. Estamos con Epicuro
en que el placer moderado es el principio y el fin de una vida feliz.
Calle Solana. Trotaremos rumbo a Briñas.
Alcanzaremos Briñas sin
abandonar la calle Solana y nos acercaremos a la plaza de Ramón Arambarri. Allí
giraremos a la derecha, bajando hasta la misma orilla del río e iniciaremos la
vuelta tomando el camino a la diestra, que nos acabará retornando a la calle
Solana. Pero una vez alcanzada esta, cogeremos para volver hasta Haro un sendero
de tierra, paralelo al de nuestra venida, pero que discurre justo pegado a la
orilla del río, sorteando árboles y arbustos que nos mantendrán a salvo del sol
y del viento. Un pequeño ensayo de trail que casi nos obligará a chapotear en
el Ebro. Recomendable dejarse llevar por las sensaciones que sin duda procurará
el entorno. «La mente del corredor se vacía, se libera, se convierte en un
campo abierto en el que los pensamientos flotan ligeros, sin sobrecargar la
marcha», Gaia de Pascale «Correr es una filosofía».
Acogedora entrada al pueblo, con sus casas de piedra y sus estrechas y umbrías calles.
Descenderemos al avistar el Ebro.
Volveremos buscando la calle Solana.
Tomaremos el camino a la izquierda, que discurre paralelo a la calle Solana, pero pegado al río, en el que casi nos podremos remojar.
Un poco de trail.
Vistas espectaculares del río y su entorno.
Y regresaremos a Haro, entrando de nuevo por el
Barrio de la Estación. El último repecho tras cruzar de nuevo el río se acusará,
pero resistiremos el impulso de detenernos en cualquiera de los tentadores
«wine bar» de las bodegas. Al volver a pasar el puente bajo las vías, giraremos
a la derecha y ascenderemos hasta alcanzar la estación de tren y Bodegas
Bilbaínas.
¡Resiste la tentación!
Ascendemos rumbo a la estación.
Bodegas Bilbaínas.
Una vez ahí, seguiremos
al frente, por la calle Estación, lugar en el que podremos recrearnos con una
vista completa del skyline jarrero,
desde la iglesia de Santo Tomás hasta el desubicado edificio Florida. Nos
desviaremos a la izquierda por calle Cantarranas, luego cruzaremos el puente
sobre el Tirón y por último, y aquí viene una sorpresa, ascenderemos la larga
pendiente de la calle Navarra que nos devolverá hasta la plaza del
ayuntamiento. Respiraremos hondo.
Habrá valido la pena.
Calle Estación.
Vistas al skyline jarrero.
Esta ruta es espectacular, después de la ducha no vendría mal un vinito para recuperarse del esfuerzo.
ResponderEliminarSugerencia a tener muy en cuenta. Gracias.
ResponderEliminarYo, si acaso, espero en el bar encargando los tintorros... Preciosa ruta, pardiez.
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