“El solo
hecho de correr una hora todos los días, asegurándome con ello un tiempo de
silencio sólo para mí, se convirtió en un hábito decisivo para mi salud mental
(…) corro para lograr el vacío”
De qué
hablamos cuando hablamos de correr Haruki Murakami
Lugares de especial interés turístico en el recorrido: Plaza de la Paz y entorno monumental, La Herradura, iglesia parroquial de Santo Tomás, mirador de El Pardo, parque de El Mazo, Estación Enológica de Haro, jardines de la Virgen de la Vega, basílica de Nuestra Señora de la Vega y miradores en calle de la Vega.
Bueno, tras un par de recorridos de cierto nivel, especialmente exigente el último, toca moderar esfuerzos, que tampoco nos esperan en Río el año que viene. Así que esta cuarta ruta va a ser sencilla. Solo 6´26 kilómetros sobre asfalto, casi en su totalidad, de trazado llano, a excepción de los primeros metros que tendrán que salvar cierto desnivel valiéndose de unas escaleras (que pueden ser utilizadas para ejercicios de fuerza, si os veis con ánimo y disponéis de tiempo).
Aprovecho para recordar que todos los
trayectos tienen origen y final en el mismo punto, la Plaza de la Paz, lo que
nos permitirá efectuarlos en un sentido u otro una vez los conozcamos. Esa
ligera variación puede introducir más novedades de las que creemos. No en el
paisaje, desde luego, pero sí en la forma de afrontar el perfil del
entrenamiento.
Partiremos desde la
Plaza de la Paz, subiendo en esta ocasión la calle Santo Tomás en dirección a
la iglesia. ¿Haciendo deporte por La Herradura? Así compensaremos y expiaremos
debilidades del espíritu y de la carne, de las que tanto saben estas calles y
estas acogedoras tabernas. Nos apoyamos en Séneca: «El vino lava nuestras
inquietudes, enjuga el alma hasta la raíz y, entre otras ciertas virtudes,
asegura la curación de la tristeza». Lo habitual es que pateemos esta popular zona
de Haro en busca de placeres enológicos y gastronómicos, por lo que nos resultará
extraño recorrerla en pantalón corto y zapatillas. Atrevámonos, sorprendamos en
esta ocasión a los camareros siendo capaces de pasar de largo, ¡y corriendo!
Salida bajo los arcos del ayuntamiento.
El ilustrativo mural que nos saludará al inicio de nuestro recorrido por La Herradura. Un homenaje al cuadro «Costumbres jarreras» del pintor local Enrique Paternina.
Calle Santo Tomás, con el campanario de la iglesia al fondo.
Al alcanzar el pétreo y enhiesto
campanario de la iglesia de Santo Tomás (no os perdáis la joya artística enmarcada en la portada ,obra de
Felipe de Biguerni ) , tomaremos la escalera a la
izquierda y subiremos hasta la Atalaya. Emularemos a Rocky Balboa y
ascenderemos los peldaños con vigor y agilidad. Será la mayor dificultad cuesta
arriba del recorrido y nos pillará fríos, pero pletóricos de fuerzas. Si el
tiempo y las ganas nos lo permitieran, podríamos utilizar estas escaleras para
practicar algún ejercicio de fuerza o hacer repeticiones. Iniciaremos entonces
por la calle Berones un descenso hasta el mirador de El Pardo. Las
espectaculares vistas del Ebro, Labastida y Sierra Cantabria servirán sin duda como
bomba de oxígeno adicional que nos ayudará a recuperar sin contratiempos.
Corremos, entre otras razones, para disfrutar de esos momentos. Ese placer que
nos invade tras comprobar que hemos superado el punto de máxima exigencia
física y todo funciona perfectamente. El corazón bombea enérgico, nuestras
piernas avanzan ufanas y briosas, el aire se expande en nuestros pulmones, y el
mundo nos saluda desde un entorno privilegiado, del que somos parte indisoluble
en ese mágico instante. ¡Y no habremos hecho más que empezar!
Espectacular portada de Felipe de Biguerni.
¿Recordáis a Rocky Balboa y sus carreras escaleras arriba?
¡Ahí está! Cuando el running se llamaba footing y se corría con sudaderas grises. ¡Qué lejos quedaban las sofisticadas prendas técnicas y de compresión que hoy nos parecen imprescindibles!
Descenderemos por la calle Berones.
El Barrio de la Estación desde el Mirador de El Pardo.
Otras vistas desde el mismo lugar.
Seguiremos por la calle
Siervas de Jesús y giraremos por Dos de Mayo. Llegaremos a Linares Rivas, desde
la que nos alejaremos del centro urbano
en dirección a las afueras. Trote tranquilo. Alcanzaremos el recoleto
parque de Iturrimurri, que podremos atravesar pisando césped o bien por la
acera. A elección según sensaciones, esa infalible brújula a cuyos caprichos
hay que rendirse para garantizar el disfrute de la carrera. Continuaremos por
calle Diputación hasta la rotonda entre el cuartel de la Guardia Civil y el
nuevo tanatorio. Atravesaremos la carretera de Logroño por alguno de los pasos
de cebra. Mucha precaución. Hemos de ser conscientes de que no debemos cruzar
calles y carreteras por donde nos apetezca, sino por los lugares en los que
tenemos preferencia y arriesgamos menos. Salvedad hecha, claro, de aquellos sitios en los que no existe esa posibilidad. Ahí a extremar precauciones y medir
distancias y fuerzas. Evita las imprudencias.
Calle Dos de Mayo
Nos alejaremos del centro por Linares Rivas.
Parque de Iturrimurri
Calle Diputación
Al final de Diputación se ve la rotonda que nos llevará hasta Miguel de Cervantes.
Miguel de Cervantes, camino de El Mazo.
Ya en Miguel de Cervantes, llegaremos hasta el
parque de El Mazo, el Central Park jarrero. Un espacio de ocio familiar en un
entorno excepcional, un remanso en el que la luz matiza los colores según hora del
día y estación del año. Una gozosa clase práctica para aficionados al
impresionismo pictórico. Una invitación al paseo sosegado y meditabundo, la
merienda bulliciosa con los pequeños o la práctica del deporte. Rodearemos el
parque dándole una vuelta completa (cabe la posibilidad de ampliar el número si
nos seduce el embeleso), así pisaremos algo de césped y de tierra, añadiendo un
poco de variedad a nuestra salida.
Seguiremos por Miguel de Cervantes hasta la altura del frontón.
Aprovecharemos el paso de peatones para acercarnos hasta el parque.
Parque de El Mazo
Un buen lugar para iniciar el rodeo pedestre.
Se haca camino al correr.
Iremos rodeando el parque.
Sinfonía de colores realzados por la luz.
Luego seguiremos Miguel de Cervantes hasta su
final, justo frente a la antigua bodega Paternina. Cogeremos avenida San Millán
en dirección a la plaza de toros y giraremos a la izquierda en la primera
rotonda. Estaremos en la calle Nuestra Señora de Begoña, por la que avanzaremos
prestos y entusiastas. Entonces, tras haber cruzado con precaución la nacional 126 a Santo Domingo, nos toparemos con Bretón de los Herreros. Iremos exultantes, un
recorrido sin dificultades. Terreno llano en el que sentiremos la tentación
constante de acelerar. La llamada del guepardo incitándonos. Así que podríamos
aprovechar para practicar cambios de ritmo, que vamos camino de ser unos
auténticos profesionales.
Tras dar la vuelta al parque, podremos repetir si nos apetece, enfilaremos Miguel de Cervantes hasta su final.
Tomaremos avenida San Millán frente a la antigua bodega Paternina.
En la primera rotonda nos desviaremos por Virgen de Begoña.
Atravesaremos la carretera nacional y seguiremos recto.
Al llegar a Bretón de los Herreros, giraremos a la derecha en dirección al centro.
Bretón de los Herreros
nos llevará al cruce con Ingenieros del MOPU, bien reconocible por los
semáforos y el tráfico. Allí tomaremos el estrecho camino que delimita la
urbanización Alto Santo Domingo, por el que llegaremos a la pasarela
peatonal que cruza Ingenieros del MOPU. Tras pasarla, entraremos a los
Jardines de la Vega, siempre cuidados y vistosos, desde donde nuestras seguras
zancadas nos conducirán a la calle Virgen de la Vega. Allí, los llamativos miradores saludarán
nuestro atlético porte hasta alcanzar de nuevo la Plaza de la Paz.
Tocará respirar
hondo y estirar.
Seguro que esta vez te
quedarás con ganas de más.
A veces, debe ser así.
Avanzaremos por Bretón de los Herreros.
Cruce con Ingenieros del MOPU. Tomaremos el camino a la izquierda.
Podremos intentar cambios de ritmo. El terreno lo facilita.
La pasarela peatonal que deberemos cruzar.
Los vistosos Jardines de la Vega.
Los miradores en calle de la Vega, próximo ya el final de nuestra ruta.
A estirar. Tocará contenerse si tenemos ganas de más.
Un poco de todo, muy entretenida.
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